¿Tienes acné, manchas en la piel o una piel muy sensible que se irrita fácilmente y esto te hace sentir consciente de ti mismo? Probablemente tu piel se encuentre desregulada, lo cual es más común de lo que podríamos llegar a pensar.

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y ocupa un lugar importante en nuestra interacción con el mundo exterior. La piel dice mucho de nosotros y de nuestra interacción con nuestro entorno. Por ejemplo muchas enfermedades o deficiencias nutricionales tendrán manifestaciones en nuestra piel. La piel es increíble y funciona como un método propio de diagnóstico. Por ejemplo una piel seca y escamosa puede evidenciar una deficiencia de vitamina A o una piel con tinte amarillo puede evidenciar aquellos con une enfermedad hepática.

Una piel radiante es signo de buena salud y de una buena relación con nosotros mismos. Denota una buena alimentación, una buena hidratación, un buen descanso y un buen estilo de vida. Si nos damos cuenta es raro ver la piel de un bebé o un niño pequeño con problemas de piel seca, inflamada, con manchas o muy oleosa. Esto porque hasta los 10 años de edad nuestra piel se encuentra activamente en óptimas condiciones. Sin embargo de los 10 a los 30 años su nivel de actividad para mantenerse en óptimas condiciones gradualmente disminuye hasta llegar a su fase inactiva de los 30 años en adelante. Por lo tanto si no le ayudamos a la piel, esta se hará cada vez menos resiliente a nuestro entorno y a las desregulaciones internas que puedan acontecer. Es por esto que podemos empezar a ver desregulaciones a partir de la adolescencia con por ejemplo la aparición de acné debido a una incapacidad de nuestra piel a regularse frente a los cambios hormonales que suceden tanto en hombres como en mujeres. Podemos también ver cómo de joven adulto se puede padecer de melasma (desorden de pigmentación) qué es más común en mujeres. Finalmente a partir de los 30 años esta dificultad que tiene nuestra piel para regularse o inclusive la pérdida de habilidad para regularse se hace más notoria. Las mujeres lo constatan claramente con el advenimiento y establecimiento de la menopausia. Si no intervenimos en ayuda de la piel podremos observar un empeoramiento de ella con una fácil aparición de manchas en la piel, una piel menos firme, una piel con mayor laxitud, una piel más seca, una piel menos luminosa, una piel menos suave o en resumidas cuentas una piel menos radiante.

Los cuidados de la piel se resumen en prevenir una desregulación de la piel, en restaurar una piel sana y en mantener una piel sana. La prevención radica en un estilo de vida con una buena dieta, realizar ejercicio, dormir bien, cuidarse del sol y la utilización de productos científicamente comprobados que ayudan a nuestra piel. Desafortunadamente en el mundo del bienestar y de la belleza hay un sinnúmero de modalidades, tratamientos, productos y proveedores que son cuestionables y que cuando únicamente nos hacen perder tiempo y dinero podemos suspirar de alivio (por ejemplo el uso de ingredientes en cremas de dudosa eficacia como lo son el oro, platino, caviar, seda, extracto de orquídeas, etc.) Es necesario el uso de un tratamiento científicamente comprobado para restaurar una piel sana. Como lo hemos visto previamente tan pronto como a partir de los 10 años nuestra piel no puede sola con su enorme tarea de ser la principal actora de nuestra interacción con nuestro entorno y debemos asistirla manteniendo esta piel sana que ha sido restaurada.

Esto podemos hacerlo según el punto de partida en el que nos encontremos, haciendo uso de varias herramientas como lo son las cremas o medicamentos tomados. Sin embargo no solo podemos restaurar y mantener un estado saludable de la piel sino que también podemos realzar la piel a un mejor estado y revertir los cambios no deseados de la piel con tratamientos regenerativos como lo son el peeling, el uso de plasma rico en plaquetas (PRP) y el uso de células madre con alta capacidad regenerativa. Estos tratamiento regenerativos realizarán un reset de la piel; obteniendo una piel más firme, más tensa, sin manchas o lesiones, más suave y con mayor luminosidad. Es importante saber que el ciclo de la piel es de 6 semanas por lo tanto los cambios de cualquier tratamiento que realices se verán a partir de 6 a 12 semanas.

Te invitamos a que nos visites para que podamos guiarte en tu búsqueda de una piel sana y radiante!

Kintsugi Aesthetic

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